Púlpitos de Iglesias Cristianas: Arte, Historia y Simbolismo

Los púlpitos de iglesias cristianas representan uno de los elementos arquitectónicos más emblemáticos y significativos del arte sacro.
Estas estructuras elevadas, diseñadas para la predicación de la palabra divina, combinan funcionalidad litúrgica con extraordinario valor artístico e histórico.
A lo largo de los siglos, los púlpitos han evolucionado desde simples plataformas elevadas hasta convertirse en verdaderas obras maestras que reflejan los estilos artísticos de cada época.
En este artículo exploraremos la historia, evolución y significado de los púlpitos de iglesias cristianas, destacando los ejemplares más famosos y representativos que pueden admirarse en templos de todo el mundo.
Origen y evolución histórica
De los ambones paleocristianos a los púlpitos medievales
- La palabra “púlpito” deriva del latín “pulpitum”, término que originalmente designaba una plataforma elevada utilizada en el teatro romano.
- Con la expansión del cristianismo, este concepto se adaptó para referirse a la estructura desde la cual se proclamaba la palabra de Dios.
- Los antecedentes más directos de los púlpitos cristianos se encuentran en los ambones paleocristianos, plataformas elevadas situadas generalmente a ambos lados del presbiterio. Estos primeros elementos eran habitualmente de piedra y presentaban una decoración sencilla, centrada en símbolos cristianos primitivos.
- Durante el período románico (siglos XI-XIII), los púlpitos comenzaron a ganar protagonismo en las iglesias europeas. Generalmente tallados en piedra y adosados a un pilar o muro, estos ejemplares tempranos presentaban relieves con escenas bíblicas y símbolos de los evangelistas.
Esplendor gótico y renacentista
- El período gótico (siglos XIII-XV) marcó un punto de inflexión en la evolución de los púlpitos de iglesias cristianas.
- Las nuevas técnicas constructivas permitieron estructuras más ligeras y elevadas, frecuentemente decoradas con tracerías caladas y doseletes.
Durante esta época, los púlpitos comenzaron a incorporar escaleras de acceso más elaboradas y tornavoces (elementos suspendidos sobre el púlpito que mejoraban la acústica y servían como soporte para programas iconográficos complementarios).
- Con la llegada del Renacimiento (siglos XV-XVI), los púlpitos adoptaron un lenguaje clasicista, con columnas de órdenes clásicos, frontones y una decoración inspirada en la Antigüedad.
- Es en este período cuando se populariza el uso de la madera como material principal, permitiendo tallas más detalladas y minuciosas.
Exuberancia barroca y neoclasicismo
- El Barroco (siglos XVII-XVIII) representa la edad de oro de los púlpitos de iglesias cristianas.
- Durante este período, estas estructuras alcanzaron niveles extraordinarios de complejidad formal, virtuosismo técnico y riqueza ornamental.
Los púlpitos barrocos se caracterizan por:
- Formas dinámicas y movidas, con perfiles sinuosos.
- Tornavoces de gran desarrollo vertical.
- Profusión de elementos decorativos (volutas, guirnaldas, querubines).
- Rica policromía y dorado. Programas iconográficos complejos

- Con la llegada del Neoclasicismo (finales del siglo XVIII y principios del XIX), los púlpitos experimentaron un retorno a la sobriedad formal.
- Con líneas más depuradas y una decoración más contenida, aunque manteniendo su importancia litúrgica y simbólica.
Elementos y simbolismo
Estructura y componentes
Un púlpito de iglesia cristiana tradicional consta de tres elementos principales:
- Base o pie: Generalmente en forma de columna, pilar o ménsula. En algunos casos adopta formas simbólicas, como la figura de Moisés o los cuatro evangelistas.
- Tribuna o caja: De planta poligonal (habitualmente hexagonal u octogonal), es el espacio donde se sitúa el predicador. Sus paneles suelen estar decorados con relieves o pinturas.
- Tornavoz o sombrero: Elemento suspendido sobre la tribuna que, además de su función acústica, sirve como soporte para un programa iconográfico complementario, frecuentemente coronado por la figura de la Fe o el Espíritu Santo.
Significado simbólico
Los púlpitos de iglesias cristianas poseen un rico simbolismo que refuerza su función litúrgica:
- Su elevación simboliza la autoridad de la palabra divina y facilita que esta llegue a todos los fieles.
- La decoración con figuras de los evangelistas (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) representa a los transmisores de la palabra de Dios.
- La presencia de la paloma en el tornavoz simboliza al Espíritu Santo, inspirador de la predicación.
- Las representaciones de los Padres de la Iglesia (San Agustín, San Jerónimo, San Ambrosio y San Gregorio) evocan a los grandes intérpretes de la Escritura.
Púlpitos famosos en el mundo
Púlpitos italianos de renombre mundial
Italia alberga algunos de los púlpitos de iglesias cristianas más extraordinarios del mundo, verdaderas obras maestras del arte sacro:
- El Púlpito del Baptisterio de Pisa, obra de Nicola Pisano (1260), representa uno de los hitos en la historia de la escultura italiana. De planta hexagonal y sostenido por columnas con leones en sus bases, sus paneles narran escenas de la vida de Cristo con un estilo que anticipa el Renacimiento.
- El Púlpito de la Catedral de Siena, realizado por Nicola Pisano y su hijo Giovanni (1265-1268), destaca por su extraordinaria riqueza escultórica. Sus ocho paneles representan escenas del Nuevo Testamento con un dramatismo y expresividad que revolucionaron la escultura de su tiempo.
- En Florencia, el Púlpito de Donatello en la Basílica de San Lorenzo (1461) y el Cantoria de Luca della Robbia en el Duomo representan la perfección del lenguaje renacentista aplicado a estas estructuras litúrgicas.



Púlpitos góticos en Europa central y del norte
Las iglesias de Europa central y del norte conservan extraordinarios ejemplos de púlpitos góticos que destacan por su verticalidad y riqueza ornamental:
- El Púlpito de la Catedral de Viena (1515), obra de Anton Pilgram, es uno de los más famosos del gótico tardío. Tallado en piedra caliza, presenta una extraordinaria decoración de tracerías caladas y un autorretrato del propio escultor asomándose por una ventana.
- El Púlpito de la Catedral de Estrasburgo, obra de Hans Hammer (1485), destaca por su escalera helicoidal y su extraordinaria decoración escultórica, que incluye figuras de profetas y apóstoles.
- En Polonia, el Púlpito de la Basílica de Santa María en Cracovia representa uno de los mejores ejemplos del gótico tardío en Europa oriental, con su rica decoración policromada.



Púlpitos barrocos españoles
España posee un extraordinario patrimonio de púlpitos barrocos que destacan por su exuberancia decorativa y riqueza cromática:
- El Púlpito de la Catedral de Santiago de Compostela, obra de Mateo de Prado (1670), forma parte de un conjunto que incluye dos púlpitos simétricos situados a ambos lados del presbiterio, con una rica iconografía relacionada con la tradición jacobea.
- Los Púlpitos de la Basílica del Pilar de Zaragoza, obra de Juan Ramírez de Arellano (finales del siglo XVII), destacan por sus tornavoces espectaculares que se desarrollan en altura mediante estructuras escalonadas.
- El Púlpito de la Catedral de Toledo, atribuido a Alonso Berruguete, representa la perfecta síntesis entre la tradición renacentista y el incipiente manierismo español.
Púlpitos coloniales en América
La expansión del cristianismo en América dio lugar a extraordinarios ejemplos de púlpitos de iglesias cristianas que combinan influencias europeas con elementos autóctonos:
- El Púlpito de la Iglesia de San Blas en Cusco (Perú), tallado en cedro por indígenas anónimos en el siglo XVII, representa una de las obras maestras del barroco andino. Su extraordinaria decoración incluye motivos vegetales, ángeles y santos.
- En México, el Púlpito de la Catedral de México y el de la Iglesia de Santo Domingo en Oaxaca ejemplifican la riqueza del barroco novohispano, con su extraordinaria talla y policromía.
- El Púlpito de la Iglesia de la Compañía en Quito (Ecuador), obra del siglo XVIII, destaca por su rica decoración dorada y su integración en el conjunto decorativo del templo.
Materiales y técnicas constructivas
Piedra: nobleza y perdurabilidad
La piedra fue el material predominante en los púlpitos de iglesias cristianas durante los períodos románico y gótico.
La técnica escultórica en piedra requería un profundo conocimiento de las propiedades del material y un do minio absoluto de las herramientas.
Los escultores trabajaban directamente sobre los bloques, sin posibilidad de corregir errores.
Madera: versatilidad y expresividad
A partir del Renacimiento, la madera se convirtió en el material predilecto para la construcción de púlpitos. Nogal, roble, cedro o caoba eran seleccionados por su nobleza, estabilidad y facilidad para la talla.
La construcción de un púlpito de madera implicaba diversas técnicas:
- Ensamblajes tradicionales para garantizar la estabilidad.
- Talla con gubias y formones de diversos perfiles.
- Policromía y dorado para realzar la decoración.
- Técnicas de estofado para imitar textiles en las figuras
Metales y materiales mixtos
Aunque menos frecuentes, existen notables ejemplos de púlpitos realizados en bronce, como el de la Catedral de San Esteban en Viena, obra de Hans Puchspaum (siglo XV).
En épocas más recientes, los púlpitos de iglesias cristianas han incorporado materiales contemporáneos como el acero, el vidrio o el hormigón, adaptándose a los nuevos lenguajes arquitectónicos sin perder su función litúrgica esencial.
Púlpitos en la liturgia contemporánea
Transformaciones tras el Concilio Vaticano II
La reforma litúrgica promovió una mayor participación de los fieles y una simplificación de los espacios celebrativos.
Como consecuencia, muchos púlpitos históricos perdieron su función original, siendo sustituidos por ambones más sencillos situados junto al altar.
Sin embargo, en numerosas iglesias históricas, los púlpitos se han conservado como elementos patrimoniales de gran valor.
Conservación y valoración patrimonial
En la actualidad, los púlpitos históricos son objeto de creciente valoración como elementos fundamentales del patrimonio artístico y cultural. Numerosos proyectos de restauración han permitido recuperar estas extraordinarias estructuras, devolviéndoles su esplendor original.
La conservación de estos púlpitos de iglesias cristianas plantea importantes desafíos:
- Deterioro estructural por el paso del tiempo.
- Ataques de insectos xilófagos en los ejemplares de madera.
- Alteraciones en la policromía y el dorado.
- Adaptación a los nuevos usos litúrgicos
Conclusión
Los púlpitos de iglesias cristianas constituyen un extraordinario patrimonio artístico que trasciende su función litúrgica original.
Desde los sencillos ambones paleocristianos hasta las exuberantes estructuras barrocas, estos elementos han evolucionado reflejando los cambios estilísticos, teológicos y litúrgicos de cada época.
Su estudio nos permite comprender mejor la importancia concedida a la predicación en diferentes momentos históricos y apreciar el extraordinario nivel técnico y artístico alcanzado por escultores, tallistas y artesanos al servicio de la fe.
Aunque muchos han perdido su función original tras las reformas litúrgicas contemporáneas, los púlpitos siguen siendo elementos fundamentales del patrimonio cultural que merecen ser conocidos, valorados y preservados para las generaciones futuras.
Invitamos a los lectores a dirigir su mirada hacia estos elementos a menudo pasados por alto en sus visitas a iglesias y catedrales, a detenerse ante ellos, a apreciar la calidad de su talla, la riqueza de su iconografía y la belleza de sus proporciones.
Cada púlpito de iglesia cristiana cuenta una historia que merece ser escuchada, una historia de fe, arte y tradición.
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